Historias de Terror - Vídeos



El gato de la niña:
Esta historia que os vamos a contar le ocurrió a una amiga mia:

Un día Raquel salió del instituto como todos los días, pero ese día por alguna extraña razón decidió tomar un camino diferente. Después de caminar unos minutos, vio a una niña llorando y Raquel le preguntó que le pasaba. La niña señaló con el dedo una vieja casa y entre lloros le explicó que su gato se había metido allí, la niña no quería ir a buscarlo, tenía miedo, se le veía muy aterrada.

Amablemente Raquel, que era muy buena persona, decidió ayudar a la niña y buscar al gato.

Al llegar a la entrada, la puerta estaba abierta, y no había nadie en la casa por lo que decidió entrar. Cuando entró la puerta se le cerró de golpe, a pesar de ello Raquel decidió continuar adelante, de pronto apareció el gato corriendo por las escaleras, Raquel lo siguió, al llegar al segundo piso, el gato estaba allí, en medio del pasillo mirándola fijamente, parecía como si el gato la hubiese esperado y cuando Raquel se le acercó para cogerlo, éste escapó hacia una habitación que tenía la puerta entreabierta.

Al entrar en la habitación, Raquel se quedó sorprendida, era la habitación de una niña, tenía las paredes forradas de papel rosa y las estanterías llenas de preciosas muñecas que miraban fijamente a los intrusos. Pero Raquel no se sorprendió por la cantidad de juguetes que habían en la casa, ni tampoco porque un caballito de cartón balanceaba solo misteriosamente. La habitación, a diferencia del resto de la casa, estaba nueva, como si el tiempo no hubiese pasado.

De pronto fijó la mirada en una foto, se podía ver a una familia, al parecer el padre, la madre y su hija, la niña que ahora estaba allí en la calle esperando que le trajese a su gatito.

Raquel se empezó a asustar de verdad, todo esto ya no le gustaba, así que decidió volver sin el gato y escapar de aquella casa antes de que ocurriese algo. Al darse la vuelta para salir, ahí estaba la niña, ensangrentada y llorando: 


¡ELLOS ME MATARON!, ¡Y TAMBIEN LO HARAN CONTIGO!


Al día siguiente encontraron el cuerpo de Raquel, igual como se encontró el de aquella niña muchos años atrás.

Os preguntaréis como sé esta historia. Yo soy aquella niña y quiero que me traigas a mi gato…





La pérdida de un amigo:
Omar y Fernando eran buenos compañeros de clase, así que Fernando decidió invitar a su amigo al pueblo de donde era originario; ahí, la celebración de Halloween era todo un suceso importante, así que Omar aceptó.

Llegaron al lugar, se la estaban pasando bien cuando se encontraron a un hombre, quien creían estaba borracho; él les contó que muchos años atrás, en un día como ese, había perdido a su mejor amigo. Lo habían encontrado muerto y con una calabaza en la cabeza. Los chicos rieron y no pusieron atención a la historia, porque creían que sólo se trataba de un cuento, pero esa misma noche sucedería todo lo contrario. Omar y Fernando paseaban con Mariana, la hermana de Fernando, quien se estaba llevando de maravilla con el amigo de su hermano. Estaban en el centro del pueblo, donde se reunían la mayoría de las personas.

En el camino, Omar había visto a un hombre en el bosque todo lleno de sangre, pero se imaginó que era alguien con un disfraz. Más tarde, Fernando dijo que se sentía cansado y regresaría a casa. Nunca más lo volvieron a ver. Omar y Mariana, junto con los padres de ella, buscaron incansablemente a Fernando, pero nunca lo pudieron encontrar, sólo hallaron sangre, papeles con señales extrañas y lo que parecían los restos de una calabaza, en el bosque. ¿Qué pasó? Aún sigue siendo un misterio.




Bruja:

Rodrigo era un hombre joven y con la vida resuelta; a sus 27 años era millonario y vivía solo, porque sus padres murieron y lo dejaron bien acomodado. Era arrogante y prepotente y no trabajaba; una noche de brujas iba por la calle cuando vio que con motivo de Halloween, había un mercado donde sobresalía la carpa de una mujer que decía era una bruja. Él no creía en brujas, pero decidió que era buen momento para comprobar que todo era una farsa. Cuando llegó se encontró en una carpa oscura donde unas velas alumbraban una mesa donde se encontraba una anciana que lo invitó a sentarse. A Rodrigo le pareció una mujer repugnante y cuando ella le preguntó: ¿Qué es lo que quieres saber? Sólo le contestó: "Vengo a ver cómo te equivocas".

La bruja respiró y le supo decir quién era él, pero sin olvidar recordarle que siempre pasaba por encima de todo y todos, sin importarle nada; y sin decirle que nadie se burlaba de ella, por lo que al día siguiente viviría el día de muertos en carne propia. Rodrigo se marchó asustado y ni siquiera le pagó a la mujer aquella de nombre Mandrágora; se resistía a creer en lo que le había dicho, pero no podía evitar sentir miedo, así que empezó a ingeniar una idea para no morir en esa noche de brujas.

El joven regresó a su casa y se juró a sí mismo que no moriría por un accidente y que probaría a la mujer estar equivocada. Ordenó a sus sirvientes que quitaran todo lo que pudiera ser peligroso en la casa; cerró el paso del gas, el agua, se quitaron lámparas y objetos de vidrio; sintió que solo estaría más seguro, así que ordenó a todos marcharse y pidió al mayordomo amarrarlo a la cama para que no pudiera pararse y sufrir algún accidente; su empleado lo hizo.

Llegada la noche y pensando en que ya había salvado su vida, pues sólo faltaba un minuto para que la noche del 31 de octubre terminara, Rodrigo fue testigo de cómo del enchufe de la pared salían grandes chispas, ¡había olvidado cortar la luz! Desesperado pedía ayuda, pero no podía desatarse, el fuego se acercaba y él sólo lograba escuchar la risa burlona de una mujer que parecía venir desde el mismo infierno.




El niño del Panteón:
En 1995, un niño de 13 años y su madre se encontraban en un panteón de México, cuando ella se quedó dormida. El menor, sin sueño y aburrido, permaneció sentado sobre una tumba, cuando sintió que una mano le tocaba el hombro. Asustado, volteó y se dio cuenta de que se trataba de otro niño que le decía: "Soy Alejandrito Chávez, ¿quieres jugar?". Se veía amable, así que aceptó.

Con una lámpara y una bolsa llena de canicas empezaron a jugar; de repente, Alejandrito le dijo al otro niño: "Tu mamá te ama mucho, tienes suerte, yo siempre extraño a la mía." - ¿Con quién vienes?, le preguntó. Y respondió que con sus abuelos. Todo parecía ir bien; siguieron jugando hasta que el sueño los venció.

A la mañana siguiente, cuando estaban sirviendo la comida, en el mismo panteón, el adolescente se topó con una tumba que decía: "Aquí yace mi querido hijo Alejandro Chávez". La impresión era grande. Más tarde, cuando una mujer se acercó a esa tumba, él no pudo resistirse y preguntó por el aspecto del niño, que según su lápida, había muerto a los 9 años; ella le describió al infante... Era el mismo con el que había jugado durante la noche.






La criatura del metro:






Masacare en Hallowen:
Era noche de Halloween y había que celebrar, así que un grupo de jóvenes estudiantes decidieron reunirse en casa de uno de ellos, pues sus padres no estaban y era el lugar perfecto para una fiesta privada. La noche llegó y era hora de los juegos; siendo una fecha especial, uno de los adolescentes sacó una tabla de ouija. En esa casa estaban Claire, April, Curtis, Dominic y Anouk; quienes se juntaron en círculo para iniciar el juego, cuando alguien insinuó que se necesitaba una especie de médium que se encargara de dirigir el tablero y todos eligieron a April, la chica más tímida, conservadora y miedosa del grupo.

Ella, para probarse, aceptó y empezó la noche con de los espíritus, pues se conectaron con uno que decía llamarse Ruth; era una chica de 16 años que había muerto asesinada y que les decía que era de la misma ciudad que ellos. El juego parecía inocente y luego de una larga sesión de preguntas y respuestas, decidieron que era momento de hacer otra cosa. Posteriormente, April subió al baño sola y pudo mirar como una sombra se acercaba a ella, en eso escuchó un grito y vio cómo Curtis, el dueño de la casa, caía frente a ella con un cuchillo clavado en el cuello. Cuando bajó gritando y llorando, se dio cuenta de que sus amigos habían sido asesinados de manera brutal; trató de salir corriendo, pero los nervios la traicionaron y cayó desmayada.

Poco después, la policía, alertada por los vecinos, llegó y encontró a la joven bañada en sangre. ¿Qué pasó? Un video en la casa de Curtis reveló todo: April mató fríamente a sus compañeros y fue encarcelada por homicidio, pero siempre lo negó. La gente dice que no fue April, sino Ruth, quien entró en el cuerpo de la joven para acabar con todos por simple gusto.




Noche de los Santos:
En España, celebrando la noche de los Santos, un grupo de amigos decidió acercarse al panteón para llevar flores a sus muertos, pero esa noche se encontraron con la sorpresa de que ya no había nadie en el cementerio. Al parecer ya todos habían regresado a sus hogares, pues pasaban de las 10 de la noche. A ellos no les importó y siguieron su camino; algunos chicos se sentaron sobre una vaya, mientras dos chicas más se quedaron paradas frente a ellos mirando por completo el cementerio.

Una de las adolescentes pudo ver a una mujer anciana flotando, solo se veía de la cintura para arriba, pero detrás de ella le seguían unas piernas y luego un brazo con bolsas de supermercado y otro brazo llevando la correa de un perro. Los gritos fueron de inmediatos y lo chicos salieron huyendo del lugar; en el camino se encontraron a otros jóvenes más de la escuela que escucharon lo que vivieron y quienes les confirmaron lo sucedido.


La leyenda cuenta que una mujer anciana cocinaba cuando decidió ir a la tienda, pero olvidó apagar lo que tenía en la estufa, cuando regresó vio que su casa se quemaba y al querer llegar más rápido, fue atropellada y partida en dos... ¿Era ella?




La casa Embrujada:
En un pequeño y escondido pueblo había una casa abandonada sobre la que se contaban muchas historias. Un día de Halloween, cuatro amigos: Raúl, Fran, Carolina y Lorena, se acercaron para inspeccionar, pero antes de entrar escucharon un grito y decidieron marcharse. Por la noche, a la hora de pedir caramelos, ellos se seguían preguntando quién podía haber estado en aquél lugar y decidieron acercarse de nuevo. No era aún las 12 de la noche, pero al llegar sintieron un escalofrío; entraron y cuando iban caminando, una muñeca de porcelana cayó en su camino; no pareció espantarles y siguieron el rumbo; encontraron dos sillas frente a una chimenea donde había una vela y una caja de música que de la nada se abrió y empezó a sonar.

Asustados, buscaron la forma de salir, pero unas sombras los alcanzaron y ahí comprendieron todo: como en una película, pudieron ver a una niña de unos once años jugando a la ouija mientras sus papás estaban abajo haciendo caricias a su hermano, un bebé; en lo que pareciera un impulso, ella tomó un hacha y bajó a la sala donde mató a sus padres y hermano. Los cuatro niños comprendieron que la niña se sentía celosa por el robo de atención y decidió vengarse. Cuando intentaron salir, dicen que la infanta los maldijo, y desde entonces, cada noche de Halloween, Raúl, Fran, Carolina y Lorena visitan esa casa y pasan horas "jugando" con el espíritu.






Las Cabalabazas de Hallowen:
Dicen por ahí que el diablo se enteró que en la Tierra había un hombre con el alma negra y decidió que era tiempo de conocerlo, así que se puso el traje de un humano y lo fue a encontrar. Para comprobar los rumores que giraban alrededor del hombre, el diablo se hizo pasar por su amigo hasta que le confesó su verdadera identidad y le dijo que se lo llevaría a pagar por sus pecados. Ante la sorpresa, Jack le pidió que como último deseo le concediera más tragos; él aceptó. Llegó la hora de irse y había que pagar, pero ninguno de los dos tenía efectivo, así que Jack retó al diablo para convertirse en moneda y pagar lo que habían consumido. Lo hizo, pero Jack no pagó con él, lo puso en su bolsillo al lado de un crucifijo que cargaba y le advirtió que no lo sacaría a menos de que lo dejara de molestar por un año más.

El tiempo pasó y santanas regresó, pero Jack de nuevo le pidió su última voluntad: conseguir una manzana situada en lo alto de un árbol como última cena; él aceptó y cuando subió al árbol, Jack talló en él una cruz y para dejarlo bajar le pidió que no lo molestara por 10 años más. Lucifer cumplió, pero ese hombre murió esperándolo, y cuando llegó al cielo no lo dejaron entrar y su segunda opción era el infierno, pero ahí tampoco lo dejaban pasar por el trato que tenía con el dueño de esos lugares. Fue entonces cuando Satanás decidió sentenciarlo a deambular por el mundo con un nabo hueco de carbón ardiendo, como única luz para guiarlo (dicen que de ahí nace la tradición de las calabazas como lámparas).

Se trataba de Jack O´Lantern, dice la leyenda que confirma que en la noche de brujas anda por las calles pidiendo Truco o Trato; todos sugieren que aceptes el trato, sin importar lo que sea, porque el truco sería aceptar una maldición... (Dicen también, que las calabazas con caras horrorosas se utilizaban para espantar a Jack y cualquier ente peligroso).






El coleccionista de historias de Terror:

A Luis le gustaban las historias que tenían referencia al día de los muertos, así que decidió que empezaría a recolectar todas las que conociera y haría un libro llamado Cuentos de Halloween. La idea la tuvo a los 5 años y la continúo por mucho tiempo, pues cuando tenía 10, ya tenía más de 100 cuentos en su libreta. Al cumplir 15, seguía fascinado con su colección, pero ese año, al acercarse la fecha que más le gustaba, Halloween, algo extraño pasó... Luis desapareció.

Sus padres lo encontraron vestido de zombi sobre su cama y con su libro de relatos. Nadie podía decir lo que le había pasado, sólo murió. Desde entonces, se cuenta que Luis deambula por las calles cada noche de brujas, esperando conseguir más y más historias para su libro. ¿Le quieres contar una?







Mami perdóname:

Esta historia, sucedió en 1997 en una lujosa residencia al norte de la ciudad, hasta la fecha no se comprende, lo único que sabemos, es que así fue.

Era un lunes a las doce del medio día, algunos problemas con su marido habían hecho enfadar a la señora cuando de pronto al entrar a el dormitorio de su hijo, lo encuentra parado, el niño estaba pálido y con la vista perdida y en su cabeza se veía una cicatriz muy marcada. Su madre dijo:

-Bueno Carlos ¿Qué estas haciendo aquí, no deberías estar en la escuela?

El niño le contesto, sin expresión en su rostro:

-Mami, perdóname...

-Perdóname, siempre me pones tu cara de pena y dices perdóname, ¿Qué no sabes decir otra cosa cuando haces tus tonterías?

-Mami, perdóname...

Con el sonido del teléfono sonando de fondo la madre dijo:

-¿No tienes nada mejor que decirme? Seguro que ya te volviste a pelear con algún compañero ¿Verdad?. ¡Maldito teléfono deja de sonar!

-Perdóname... yo te quiero mucho...

-Ya mejor cállate Carlos. ¡Maldito teléfono... no lo pienso contestar!

Carlos comenzó a llorar, parecía un llanto de dolor, mientras seguía diciendo:

-Mama, perdóname...

-¡Entre el teléfono y tu me vais a volver loca! ¡Última vez te lo digo, ya cállate!

De pronto el llanto de Carlos, dejó de escucharse, un silencio total inundo la casa, solo se escuchaba el teléfono sonar. Al fin decidió contestar el teléfono:

-Bueno dígame.

-¿Es usted la madre de Carlos?

-Si soy yo, ¿Qué pasa?

-Habla el profesor de Carlos, se que por teléfono no es lo más correcto, pero... quiero decirle algo sobre su hijo, es algo muy delicado.

-¡Ai! ¿Qué hizo ese demonio?

-Señora no se como decírselo la verdad es que Carlos se subió a la azotea del colegio y se cayó.

-Y con razón, yo ahora mismo me ocupo de reñirle espere. ¡Carlos! ¡Carlos! Te estoy hablando ven para acá, ¡Qué vengas!

-Lo que pasa es que Carlos al caer de la azotea se abrió la cabeza y murió instantáneamente.

-¡Carlos...! ¡Carlos! Carlos mi hijito... ¡No...! ¡Carlos...! ¡No me dejes...! (Dijo entre llantos)

-De verdad lo siento mucho señora, su cuerpo fue llevado al forense hace unos minutos y me piden que lo valla usted a reconocer.

La señora busco al niño en su habitación , pero... ya no se encontraba ahí y en su lugar, tansolo encontró unas cuantas gotas de sangre, se arrepintió de por vida, de haber desperdiciado esa oportunidad de despedirse de su hijo.







El hombre de los sueños:

En enero de 2006, en Nueva York, el paciente de un psiquiatra conocido señala a la cara de un hombre que varias veces ha aparecido en sus sueños. El paciente jura que nunca ha conocido al hombre en su vida.
El retrato se encuentra olvidado sobre la mesa del psiquiatra durante unos días, hasta que una mañana otro paciente reconoce la cara, diciendo que también se ha aparecido muchas veces en sus sueños. También afirma que nunca vio al hombre en su vida.
El psiquiatra decide mandar el retrato a algunos de sus colegas para que lo examinen. A los pocos meses, cuatro pacientes más reconocen la imagen.
Desde enero del 2006 hasta hoy, al menos 2000 personas han afirmado que han visto a este hombre en sus sueños, en muchas ciudades de todo el mundo: Los Ángeles, Berlín, São Paulo, Teherán, Pekín, Roma, Barcelona, Estocolmo, París, Nueva Delhi, Moscú, etc.
Por el momento no existe una relación comprobada o rasgo común entre las personas que han soñado con este hombre. Por otra parte, ningún hombre viviente ha sido reconocido como el hombre que se asemeja a la foto del retrato.






El Embrujado Hotel Raim Inn:

El Hotel Raim Inn es posiblemente uno de los hoteles más embrujados de Inglaterra. Construido en torno a 1145 sobre lo que antaño fue un cementerio pagano, el Raim Inn es el edificio más antiguo en Wotton-under-Edge, en Gloucestershire, Inglaterra. Esta es una comunidad pequeña y rústica que tiene muchos secretos que pasan de generación en generación.

El primer registro de esta ciudad fue en 1142 y la Iglesia de Santa María, ubicada a pocos pasos de la posada Raim Inn, fue construida en el año 940. Desde 1145 el Raim Inn fue Casa de la Iglesia durante un periodo indeterminado de tiempo.

El Raim Inn cambió de manos con frecuencia desde 1145 hasta 1968 cuando el actual propietario John Humphries lo compra y ahora reside junto a muchos huéspedes fantasmales no invitados, la mayoría de los cuales son propietarios anteriores a John.

Las leyendas de satánicos rituales religiosos, muertes misteriosas y exorcismos han sido asociados con la construcción antigua. Hay pruebas de que la adoración al diablo y el sacrificio ritual, en realidad tuvieron lugar en el mesón de Raim Inn en la época medieval.

Existen numerosos fantasmas pero sobre todo destacan un caballero fantasma, una bruja, una mujer asesinada y un monje. También ha habido avistamientos de un gato negro y misterioso que se pasea por el hotel para desaparecer de repente.

La propiedad cayó en manos de la Iglesia y fue sede del Obispo de Gloucestershire, de ahí la famosa “Sala de los Obispos”, donde al menos nueve diferentes entidades se han visto.

La propiedad original, se cree que era hasta tres veces más grande que el tamaño del edificio que nos encontramos hoy en día. En la zona del bar de la posada Raim Inn, se encuentran los restos de un sistema de túneles, se cree que enlazan St Marys con la Iglesia y la Abadía de Lacock.

La propiedad se convirtió en una posada en el siglo 19, antes de que John Humphries, el actual propietario lo comprara en 1968, la venta es ahora una residencia privada que funciona como hotel.

El dormitorio de John se encuentra justo encima de la cocina, la habitación hasta hace poco fue el lugar central de la actividad poltergeist. John se mantuvo despierto por los golpes que sonaban en la ventana y los fuertes sonidos que se escuchaban. Con el tiempo la actividad de esta habitación desaparecería cuando se colocó una cruz en la pared y más tarde se producirían en otras habitaciones de la posada.

Al lado de la cocina existe una estancia que era un antiguo establo, el propietario usa esto como una sala de estar principal y es en este salón donde John ha visto luces danzantes en la puerta. Muchas de sus posesiones desaparecieron y fueron encontradas más tarde en otras habitaciones.

Un adolescente que asistió a una gira de lo paranormal en la propiedad, fue arrojado al suelo en esta sala enfrente de varios testigos y una enorme tela que se utiliza para separar la sala durante los meses de invierno fue destrozada. John cree que el espíritu maligno que atormenta a esta sala es un Incubus, lo describe como una sombra oscura de varios metros de altura.

En la barra del hotel se han visto antiguos fantasmas, se han sentido puntos fríos y los sonidos de un perro grande detrás de la puerta. John el propietario, ha sido testigo de la aparición de un antiguo propietario del Raim Inn y en muchas ocasiones sus hijas a menudo han tropezado con el espíritu de una mujer por nombre Isabel, que se cree que fue asesinada en la posada y enterrada debajo de la barra.

El Raim Inn cuenta con antigüedades auténticas y muebles de época en un estilo acorde con su edad e historia. En una ocasión, John el propietario, compró un cuadro del reverendo John Wesley para colgar en la escalera, pero en cuanto lo consiguió a través de la puerta principal los ruidos y sonidos eran atronadores, según John era como si el infierno se hubiera dasatado en la casa. Los perros de las hijas de John se negaron a subir las escaleras una vez que la imagen había sido colgada.

En 1997 John permitió a un grupo de investigación paranormal, excavar cerca de la escalera en busca de una bodega que se rumoreaba que existía.John suele encontrarse charcos de agua putrefacta en las puertas de varias de las habitaciones del Raim Inn y algunos huéspedes se quejaban de olores extraños. El intento no tuvo éxito, pero la noche siguiente Juan escuchó gritos de bebés procedentes de la zona de la excavación.

La sala de los Obispos es considerada como el principal foco de actividad paranormal, con varios fantasmas que se aparecen en esta sala. La cabeza de un zorro disecado gruñendo adorna la pared, junto a una serie de retratos siniestros y un tocador lleno de baratijas religiosas. Con su techo bajo y cortinas de color carmesí, el dormitorio tiene un ambiente opresivo y desagradable.

Un hombre y su hija habían alquilado para alojarse la habitación del obispo, cuando tuvieron una experiencia extraña. Durante la noche, la niña se irguió y gritó: “Papá, papá, no me gusta el hombre sentado en mi cama”. La niña describió a continuación lo que había visto. Fue la aparición fantasmal de un monje medieval que permanecía en silencio junto a su cama. El hombre agarró a su hija y su equipaje y huyó de la habitación. Pasar una noche aquí no es una perspectiva atractiva.

El área de la cocina también se excavó más tarde y los cuerpos de una mujer y un niño fueron encontrados, junto con algunos cuchillos antiguos. Expertos del Museo de Bristol estudiaron los restos y concluyeron que habían sido asesinados en un sacrificio ritual. Allí los investigadores aluden a una fuerza malévola en el pozo.

El fantasma de un caballero a menudo aparece en la esquina de la habitación, antes de caminar a través de la pared.

También se suele ver el fantasma de una joven que cuelga del techo, así como el fantasma de un pastor y su perro. El ex obispo de Gloucester, el reverendo John Yates, intentó exorcizar el lugar sin ningún éxito y acabaría citando en la prensa que era “el lugar más malo que he tenido la desgracia de visitar”.

En la sala de las “Brujas” el espíritu de una mujer y un gato negro se han visto y sentido en esta sala. En la sala de “Beaufort” un gato negro grande es a menudo visto y una misteriosa niebla blanca brillante ha sido capturada por la cámara así como luces brillantes en la sala de baile que han sido captada por la cámara.

En la zona del ático reside el fantasma de un salteador de caminos y a menudo es percibido por los que se atreven a subir hasta esa dependencia.

Muchos son los testimonios de todos aquellos que armándose de valor deciden pasar una noche en el Raim Inn, como le ocurrió a una adolescente que fue golpeada por una fuerza invisible y decidió marcharse en ese mismo momento.

Los clérigos que han tratado de deshacerse de los malos espíritus residentes en el hotel, habrían sido posteriormente perseguidos por fuerzas malignas. En el bar, la gente ha oído sonidos de dedos arañando y dos jóvenes fueron testigos de la figura fantasmal de una mujer que aparece siempre cerca de la barra, se cree que es el fantasma de una mujer que fue asesinada en la posada y su cadáver aún se encuentra enterrado debajo de la barra.

En una de las habitaciones de arriba, conocida como la sala de los Cavaliers, un hombre se estaba lavando en el baño, cuando vio a un caballero fantasmal en la esquina de la habitación. Se quedó mirando con horror como el caballero rápidamente daba la vuelta y caminaba a través de la pared.

Sea cual sea su posición sobre los fantasmas y lo paranormal, es difícil imaginar a alguien que en su visita al Raim Inn, no se encuentre con lo desconocido. Con su truculenta historia, su atmósfera inquietante, antigüedades misteriosas y amenazantes animales disecados, ciertamente parece estar a la altura de su reputación como la casa más embrujada de Inglaterra.

De ahí que el Hotel Raim Inn, se haya convertido en un refugio popular para investigadores de lo paranormal.



La Isla de las muñecas

La Isla de las muñecas, ubicada en los canales de Xochimilco, al sur del centro de la Ciudad de México, muy cerca del estadio de fútbol Estadio Azteca, es una chinampa de la Laguna de Teshuilo y una de las principales atracciones de los canales. Las muñecas rotas y deterioradas de varios estilos y colores se encuentran por toda la isla, colocadas, originalmente, por el antiguo dueño de la isla, Julián Santana. Julián creía que las muñecas ayudaban a ahuyentar el espíritu de una chica ahogada años atrás. Santana falleció de la misma manera y en el mismo lugar en el año 2001


La chinampa, hoy conocida como Isla de las Muñecas, originalmente propiedad de Don Julián Santana, está repleta de muñecas colgando de árboles y construcciones, cubiertas de telarañas e insectos. El lugar fue nombrado durante la década de 1950, cuando el propietario comenzó a colgarlas como protección contra malos espíritus. Santana, debido a supersticiones, comenzó a predicar, Biblia en mano, hasta ser expulsado del sector que frecuentaba y del cual era vecino: el Barrio de la Asunción.

La leyenda asegura que una joven falleció ahogada entre los lirios del canal y su cuerpo fue encontrado a las orillas de las chinampas de Santana. Don Julián comenzó a experimentar situaciones inexplicables por lo que, aterrorizado, colocó muñecas que encontraba en la basura o en los canales de Cuemanco con la idea de que éstas ahuyentarían el alma de la joven.

Tiempo después, visitantes que pasaban por la chinampa, comenzaron a intrigarse por la situación, sin embargo, el lugar seguía sin ser turístico. Al ver la curiosidad de la gente, Don Julián fue permitiendo, sobre todo a los jóvenes, acercase. Como agradecimiento los visitantes le obsequiaban muñecas y la colección aumentó cada vez más. La isla es un amuleto para más de una persona, ya que las muñecas además de ser utilizadas como repelente a los malos espíritus son, también, consideradas una mejora a los cultivos.

En 1987 se realizó un rescate eco turístico y se encontró a la isla cubierta de lirio acuático. Desde entonces y después de la muerte de Don Julián, la chinampa se convirtió en un lugar de gran afluencia turística. El lugar obtuvo fama a partir de 1943, cuando el cineasta mexicano Emilio “el Indio” Fernández filmó ahí la película “María Candelaria” con Dolores del Río y Pedro Armendáriz.4 Una importante cantidad canales internacionales y locales han presentado artículos de la isla, entre ellos The Huffington Post , Travel Channel y ABC news.

La isla de las Muñecas se encuentra a hora y media del Embarcadero Cuemanco. La única manera de llegar a ella es mediante Trajinera (barca). La mayoría de Rameros(conductores de trajineras) están dispuestos en transportar personas a la isla pero hay quienes se niegan debido a supersticiones. El trayecto en trajinera, de aproximadamente una hora, incluye un recorrido por el Área Ecológica, el Museo del ajolote, el Canal de Apatlaco, la Laguna de Teshuilo y la Isla de la Llorona.

Además de centenares de muñecas colocadas por todas partes, la isla contiene, también, un pequeño museo con algunos artículos de diarios locales sobre la isla y el dueño anterior. Hay una tienda, tres habitaciones, una de las cuales parece haber sido utilizada como dormitorio, en dicha habitación se encuentra la primera muñeca que Julián recogió, así como Agustinita, su muñeca favorita.

Algunos de los visitantes colocan ofrendas alrededor de esta muñeca a cambio de milagros y bendiciones, algunos otros cambian su ropa y le dan mantenimiento como forma de adoración.





LA MUJER DEL PASILLO


Una noche de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré. La noche era fría, en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé definirlo con palabras; unos amigos y yo buscamos una vieja Ouija que mi familia siempre ha tenido guardada... Era de mi bisabuela, la cual había muerto cuando yo aún no había nacido, y siempre había querido conocerla. Mis amigos hacían eso por diversión, yo por un fin, puesto que quería hablar con mi bisabuela.

La sesión comenzó, entre risas mis amigos bromeaban, yo estaba muy serio, concentrado, pero ellos no lo notaron, hasta que cayó un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que estremeció hasta el último de mis huesos. Asustados por el rayo, mis amigos, se quedaron en silencio, como yo, concentrándose, de repente, el puntero de la Ouija comenzó a moverse. Preguntamos alunísono, quién era, pero no respondió.

El puntero se movía sin cesar de un lado para otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las siguientes palabras: "stoy yendo a por vosotros".

Era una mujer, que estaba en el pasillo y gritaba por entrar a mi habitación. El cerrojo estaba echado, no podía entrar, pero parecía que iba a tirar la puerta abajo.

La mujer gritaba desesperada, la puerta iba a caer, así que empujamos la cama para atrancarla. La mujer cada vez más desesperada, gritaba mi nombre. Yo tuve el impulso de abrir la puerta, pero me contuve, esos gritos eran desesperados.

Entonces me di cuenta: Era mi bisabuela; algo me lo decía, aunque no podía explicar cómo lo sabía.

Me lancé a abrir la puerta, quería verla, tenía que verla, pero mis amigos me agarraron. Los gritos cesaron, una de mis amigas, tuvo un ataque de nervios. Nos acercamos a consolarla, pero una voz grave y fuerte salió de ella diciendo que no nos acercáramos. Nos quedamos de piedra.

La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: "¡Os lo advertí, y no me hicisteis
caso, ahora moriréis!". Mi amiga comenzó a moverse de un lado a otro, diciendo que nos mataría. Intentamos abrir la puerta pero no pudimos. Los gritos volvieron a cesar, conseguimos abrir la puerta, yo salí primero, pero se cerró detrás de mí. Oí los gritos aterrorizados de mis amigos, histéricos, pidiendo socorro, dando patadas a la puerta para abrirla.

Escribo mi historia, cuarenta y cinco años después de que ocurriera, pues acabo de salir de la cárcel, culpado por el asesinato de mis amigos, los cuales encontré muertos cuando conseguí abrir la puerta de mi habitación.



La Chica De La Curva



Pasaban quince minutos de las nueve de la noche cuando Juan decidió irse. Llevaba varias horas delante de la pantalla del ordenador, sin apenas pestañear y pensó que ya era hora de marchar a casa.



Fuera, en la calle, ya había anochecido hacía un buen rato. El viento soplaba con una fuerza inusitada, como antesala de una tormenta que estaba a punto de llegar.



Antes de cerrar la oficina con su llave, tecleó en la pequeña consola la clave para activar la alarma electrónica. Esperó unos segundos tras cerrar la puerta hasta que escuchó un pitido agudo que indicaba que la alarma quedaba en servicio, y con un gesto instintivo se echó la gabardina por encima de los hombros. El frío arreciaba y empezaba a lloviznar.

Con paso rápido alcanzó su vehículo, un viejo Renault verde oscuro que pese a los años, se encontraba en bastante buen estado. Abríó la puerta y con rapidez se introdujo en su interior.

Introdujo la llave en el contacto y en breves segundos una tenue luz dió vida al cuadro de mandos. Giró la rueda de la calefacción al tope, y se dispuso a iniciar la marcha hacia su hogar.

La tormenta se fue volviendo cada vez más virulenta a medida que se alejaba de la oficina. Aún le quedaban unos 50 kilómetros hasta llegar a su casa, situada en las afueras de una pequeña ciudad dormitorio. Decidió encender la radio para hacer el trayecto más apacible; sin embargo la grave voz del locutor de ese programa de misterio que tanto le perturbaba, inundó el oscuro interior del vehículo.

Giró a la derecha para incorporarse a la carretera comarcal por la que tendría que transitar varios kilómetros. No le gustaba nada regresar a casa por este camino, máxime cuando hacía una noche tan desapacible como esta, ya que el firme no se encontraba en buen estado y apenas había iluminación. De hecho se había producido en ella varios accidentes en los últimos años, alguno de ellos mortal. Esto también había dado lugar a habladurías de la gente, que afirmaba que en una curva se aparecía una mujer joven vestida de blanco y con aspecto desaliñado.
Juan no era una persona que diera mucho crédito a este tipo de historias. Sin embargo tenía que reconocer que había algo en esa carretera que le provocaba una sensación extraña, de intranquilidad.

Ya había dejado atrás las luces de la pequeña ciudad, y la oscuridad lo inundaba todo. Sólo el resplandor de los faros delanteros era capaz de romper con la negrura de esa noche sin luna. De pronto, una sensación muy extraña se apoderó de él. Se dió cuenta que no se escuchaba ningún ruido, salvando la radio y el sonido del motor y los neumáticos sobre la gravilla.Decidió parar en el arcén sin saber bien para qué, ni que se encontraría. Abrió la puerta del coche y salió. Fuera llovía copiosamente, pero apenas se escuchaba algo más que el ruido del motor y el golpeteo de las gotas de lluvia en el techo del coche. Se introdujo de nuevo en el vehículo, e inició la marcha, sin haber despejado del todo ese hormigueo que tenía en el estómago.

Su incertidumbre duró poco tiempo. Al mirar por el retrovisor interior del coche se dió cuenta de que no iba solo. Una mujer totalmente empapada, con un vestido blanco, y la mirada ausente se encontraba en el asiento trasero.

Era imposible que se encontrara allí: el vehículo sólo tenía dos puertas y de ninguna forma se podía acceder a la parte trasera, salvo por la puerta del lado del conductor, ya que la otra se encontraba averiada desde hacía varios días y no se podía abrir.

Su corazón empezó a latir aceleradamente. Frenó en seco y con sus manos se tapó el rostro, con la esperanza de que todo fuera fruto de su imaginación. Sin embargo al volver a mirar por el retrovisor, la figura seguía sentada en el mismo lugar.

Juan se giró y balbuceando preguntó a la mujer quién era, y que hacía allí. Sin embargo esta no articuló palabra. Su mirada seguía perdida Dios sabe donde…

No podía ser. No podía estar nadie allí. No podía ocurrir que esa vieja historia de la mujer de la curva le estuviera ocurriendo a él. No creía en ese tipo de tonterías. Decidió salir del coche y echar un vistazo desde fuera. Tenía que ser fruto de su imaginación.

Asió la palanca de la puerta con la mano dispuesto a abandonar el coche, y de repente sintió una fuerte presión en el cuello. Notó como dos manos frías como el acero le presionaban impidiendo el paso de aire a los pulmones. Miró sorprendido por el retrovisor y la imagen que vió le provocó pánico. La mujer ya no tenía esa mirada fria y distante sino todo lo contrario: los ojos parecían que se iban a salir de las órbitas y reflejaban un odio que nunca había visto en ningunta otra mirada.

Intentó zafarse de las manos de la mujer pero le resultó imposible. Poco a poco, a medida que el oxigeno apenas llegaba a sus pulmones, fue perdiendo la consciencia, seguro de que iba a morir, pero sin entender aún porqué. Hasta que la mujer aproximó sus labios y dijo con una voz carente de expresión: nos veremos en el infierno, donde estoy desde aquella noche que me atropellaste en la curva que acabamos de pasar. ¿Recuerdas?

Fueron las últimas palabras que escuchó. Después reinó la oscuridad más absoluta.




El Colegio Maldito
Quiero contaros una cosa que sucedió en mi pueblo, esta historia es verdad, al menos eso dicen, pero a mi me puso los pelos de punta al escucharla.....

todo empezó hace muchos años, en mi pueblo, que por aquel entonces solo era un pueblito mas de los muchos perdidos entre las montañas de asturias. mi pueblo como ya he dicho era pequeñito, apenas tenía una pequeña plaza con iglesia, un parque, una pequeña cárcel y una escuela, con todas las casa apiñadas alrededor. pero aún así estaba muy orgulloso de su escuela: era una de las mejores de toda la cuenca, pues era bastante grande y estaba al alcance de todas las familias, aunque los profesores escaseaban. pero un buen día, un día de clase, un grupo de alumnos estaban haciendo manualidades con su profesora. tendrían apenas 8 ó 9 años, y se lo pasaban en grande con el barro y las pinturas. la profesora, una joven muy guapa y que había empezado hacía apenas un mes, puso la radio para oír el parte del tiempo, pues la clase se iba el día siguiente al monte de excursión. pero a la mitad del parte, un hombre con voz muy grave cortó la comunicación y dio una noticia de última hora: "les comunicamos que se ha escapado un peligroso asesino de la cárcel del pueblo... por favor, les rogamos que cierren herméticamente puertas y ventanas hasta que sea detenido. “gracias" los niños se asustaron mucho y con razón; la cárcel quedaba muy cerca de la escuela. la profesora los tranquilizó y se puso a contarles historias para que se calmaran y se olvidaran un poco de aquello, pero a una niña le entraron muchas ganas de ir al servicio... la "profe", con la poca experiencia que tenía y después de lo que habían dicho en la radio, no sabía si dejar a la niña ir, pero ésta insistía tanto que al final la dejó; antes de marchar, acordaron una contraseña para saber que era la niña y no el temido preso:

cuando llegara, tenía que dar tres golpes en la puerta y arañarla dos veces. la niña se fue al baño, pero nunca volvió.

el preso, que estaba escondido en un lavabo, la obligó a que le dijera la contraseña y luego le cortó la cabeza. la profesora estaba ya preocupada, habían pasado veinte minutos y la niña aún no había vuelto. pero de pronto, en la puerta se escucharon tres golpes y dos arañazos: es ella, pensó la joven. pero al abrir la puerta, se encontró con el cuerpo sin cabeza de la pobre niña....de un salto, el preso entró en la clase, y entre gritos de terror y dolor, acabó con todos los niños..... sólo la profesora quedó con vida, pues logró saltar por una ventana.....hoy en día está en un psiquiátrico, no puede parar de repetir una y otra vez: tres golpes y dos arañazos, tres golpes y dos arañazos.... la escuela estuvo a punto de ser derrumbada , pues solo traía malos recuerdos, pero al final la dejaron. dicen que si entras, en el baño podrás ver la cabeza de la niña, que te mira fijamente con ojos llenos de terror, y que en la clase, chorrean sin parar regueros de sangre por las paredes...



La Visita inesperada

Un chico esta en su casa, solo, vive en una casa muy vieja, que al mirarla parecía tenebrosa. La noche era fría y el viento soplaba demasiado fuerte, él estaba tranquilo, puesto que era típico el clima en ese lugar. Mientras veía la televisión, alguien llama a la puerta, abre la misma y es una gran amigo suyo llamado Pedro. Él lo invita a pasar adentro al verlo inquieto, tembloroso y asustado.

Al entrar a la casa, Pedro le dice que tiene algo muy importante que decirle. El chico se pone muy nervioso al escuchar esto, puesto que en el tono que se lo dijo asustaba a cualquiera.

Pedro le iba a hablar, pero de pronto suena el teléfono que estaba al fondo del pasillo.

Él va a cogerlo de inmediato y es una amiga suya llorando desconsoladamente; él le pregunta que le pasa y ella le contesta:

-¿No te haz enterado, de lo que le sucedió a Pedro?

El chico asombrado le dijo que estaba con Pedro en ese momento, y ella asustada le contesta:

-Pedro se a suicidado, desde una pasarela de una carretera que queda cerca de su casa.

El chico estupefacto, sin mover ni un músculo de la cara, tira el teléfono de inmediato; se dirige al salón donde estaba charlando con Pedro y se da cuenta de que ahí no había nadie. Se puso pálido; hasta se desmayó de la impresión y del susto, él estaba muy apenado puesto que ellos se conocían hace mas de diez años.

Se dico que el chico nunca se recuperó de la despresión que eso le había generado y que siempre tenía pesadillas con Pedro. También se intentó suicidar.

Su familia se vio ovligada a dejarlo en un manicómio, donde nunca se volvió a saber de él.

Quizás aún vive. Algunos dicen que se suicidó. Pero la verdad es que, nunca lo sabremos.



La Pulsera Negra

Según cuenta la leyenda en algunos hospitales de Estados Unidos utilizan unas pulseras de color negro para marcar la hora a la que falleció una persona y cual fue el motivo de su muerte. Si ves a alguien con una de estas pulseras podrías estar junto a un fantasma…

Thomas era un joven médico que trabajaba de interno en un frío hospital de Dakota del Norte. Su vocación y sus ganas de salvar vidas eran el único motivo por el que no caía rendido de cansancio en unas interminables guardias que podían prolongarse hasta 36 horas y que le dejaban exhausto.

Aquella noche había sido especialmente dura, el servicio de urgencias no tuvo ni un respiro y Thomas había tenido que encargarse por primera vez de una paciente sin el respaldo de otro doctor. Luchó por la vida de la chica, que no debía tener más de 22 años, durante más de dos horas, pero desde que llegó se había considerado un caso perdido y en el hospital decidieron priorizar a otros pacientes que tenían más posibilidades de sobrevivir. Los daños que había sufrido la joven en ese accidente de tráfico múltiple eran tan graves, que incluso si Thomas hubiese conseguido obrar un milagro y la chica hubiese sobrevivido, las secuelas hubiesen sido tan graves que probablemente habría quedado en estado vegetativo.

Los médicos más experimentados del hospital habían acudido en la ayuda de los otros accidentados y decidieron “bautizar” a Thomas con un caso imposible para que un primer “fracaso” le hiciera comprender lo dura que es su profesión y no empezara a creérselo demasiado. Además priorizando a otros de los heridos habían conseguido salvar la vida de tres personas, en lo que había sido el peor accidente de tráfico que habían registrado las carreteras de la región en meses.

Thomas era consciente de que la chica probablemente nunca tuvo posibilidades de sobrevivir, pero aún así se sentía destrozado por dentro y tuvo que tragar saliva para contenerse las ganas de llorar cuando le puso una pulsera negra a la fallecida. La pulsera negra era un protocolo de su hospital que servía para marcar a un difunto y señalar la hora y causas de su muerte. Normalmente eran las enfermeras quienes se encargaban de rellenar los datos y ponerle la pulsera antes de mandar a un cadáver a la morgue. Pero Thomas pensó que haciéndolo él, el recuerdo de su primer “fracaso” le serviría para aprender y avanzar en la que puede llegar a ser una de las profesiones más duras. Memorizó cada una de las facciones de la chica y la cubrió con una sábana para que uno de los celadores se la llevara en una camilla por un interminable pasillo que conducía al depósito de cadáveres.

Al finalizar su turno, Thomas parecía un zombi, su cara demacrada por el cansancio y el fuerte impacto emocional de perder a su primer paciente le habían dejado destrozado. No era la primera vez que alguien se moría en una mesa de operaciones frente a él, pero esta era la primera vez que él era el doctor al mando y el “único responsable”. En su mente repasaba todos y cada uno de sus movimientos y trataba de buscar cual fue su error o si había algo más que pudiera haber hecho. Pero incluso él mismo, sabía que su proceder había sido impecable y que cuando a alguien le llega la hora es imposible luchar contra el destino.

Cabizbajo y caminando casi dormido entró en el ascensor. Se dirigía a la séptima planta donde tenía su ropa, lo único que quería era cambiarse e irse a dormir a la residencia que estaba a pocas calles del edificio del hospital. Eran las cuatro de la mañana y el hospital parecía vacío, tan absorto estaba en sus pensamientos que casi ni se dio cuenta de que había alguien dentro del ascensor cuando entró. Una mujer le saludó:


-Uff y yo que creía que tenía mala cara, ¿chico pero que te ha pasado?

Thomas se giró y vio a una mujer de unos cuarenta años que le sonreía, estaba casi tan pálida como él y aunque no tenía muchas ganas de conversar la contestó.

-Hoy ha sido un día muy duro, no se ni como estoy todavía de pie. Además he perdido a mi primer paciente – le dijo mientras ponía un gesto que denotaba que estaba a punto de echarse a llorar.

-Pues por la cara que pones estoy seguro que has hecho todo lo que podías, no seas tan duro contigo mismo.

-Muchas gracias, probablemente mañana pueda verlo de otra forma – dijo Thomas mientras se giraba a ver porque se había abierto la puerta del ascensor en una planta que ninguno de los dos había marcado.

Al mirar fuera vio la silueta de una joven en mitad del pasillo, al terminar de abrirse la puerta del ascensor comenzó a girarse lentamente hacia ellos. Thomas al ver la cara de la chica dio un salto hacia atrás y pegó la espalda a la pared del ascensor mientras señalaba a la chica que había fuera y trataba de decir algo sin conseguir articular palabra. De repente pareció recuperar el control de su cuerpo y se abalanzó hacia el panel del ascensor presionando repetidamente el botón que cerraba las puertas. La mujer que había en el interior del ascensor se quedó mirándole perpleja cuando la puerta se cerró cuando faltaba menos de un metro para que la joven que había fuera entrara en el ascensor.

-E… e… esa chica – dijo tartamudeando del susto – yo mismo la vi morir, no pude hacer nada para salvarla y le puse esa pulsera negra.

La mujer que se había mantenido pegada a la pared sonrió y mientras levantaba el brazo le preguntó:

– ¿Una pulsera cómo esta?

Thomas se giró a mirarla y vió como en su muñeca había una pulsera de color negro, idéntica a las que usan en el hospital. El joven médico se desmayó del susto y en su caída agarró fugazmente el brazo que le mostraba la mujer con la que había compartido la charla en el ascensor.

Minutos después encontraron a Thomas aún desfallecido en el suelo del ascensor. Todos atribuyeron su desmayo al cansancio. Pero él sabía que lo que había pasado era real, en su mano tenía una pulsera negra que había arrancado sin querer del brazo de la mujer que había en el ascensor mientras caía desmayado. Al revisar la pulsera pudo comprobar que la mujer había fallecido dos años antes en un accidente de tráfico muy similar al de la chica que quiso salvar.




La Puerta Del Baño



Cuenta la leyenda que hace muchos años el conserje del colegio San Blas en una revisión rutinaria de las instalaciones de la escuela, encontró el cadáver de la señora de la limpieza tirado en el baño en un gran charco de sangre…



   Cuenta la leyenda que hace muchos años el conserje del colegio San Blas en una revisión rutinaria de las instalaciones de la escuela, encontró el cadáver de la señora de la limpieza tirado en el baño en un gran charco de sangre. Tenía la ropa llena de rasgaduras y heridas y le faltaban trozos en la cara como si hubieran sido arrancados a mordiscos.


    Aterrado, llamó a la Policía y  los policías se llevaron el cadáver, al parecer había muerto tras varias horas de crueles torturas.

   Nunca se descubrió al culpable y la memoria de lo sucedido fue pasando de generación en generación de estudiantes, que contaban la historia entre burlas y sin darle la mayor importancia.

Actualmente se dice que, si te encierras a solas en el baño, puedes sentir como la mujer toca la puerta… Si cometes el error de abrirle, su espíritu atormentado entrará y te torturará del mismo modo que lo hicieron con ella.

            Pedro y sus amigos siempre habían creído que la leyenda era una chorrada y se burlaban de uno de sus amigos que insistía en que él una vez estuvo solo en el baño y le tocaron la puerta.

Hasta que hace unos días se celebró en el colegio la fiesta de fin de curso…

Pedro estaba hablando con un amigo y le dijo que le esperara un rato mientras iba  al baño. Curiosamente no había nadie cerca, algo poco habitual porque el colegio estaba lleno de gente por la fiesta,  y fue allí donde se acordó de la leyenda.

Haciéndose el gallito con la valentía del que se ha tomado alguna copa de más decidió ponerle el seguro a la puerta para comprobar si la historia de fantasmas era cierta. Pretendía burlarse de los demás por un miedo infantil que él consideraba de cobardes.

Una vez hubo cerrado la puerta del baño se acercó al inodoro y, como queriendo rematar el asunto, cerró también la puerta del pequeño cuartillo en que tenía que hacer sus necesidades.

De pronto escuchó unos golpes secos en la puerta y a pesar de su supuesta valentía se asustó tanto que fue como si una mano helada le apretase el estómago. Con la voz entrecortada preguntó:

¿Quién es? – Tratando de que no se sintiera el miedo en su voz.

Ya algo repuesto pero aún con miedo volvió a preguntar: “¿Quién es?”.

Nadie le respondía, además se había hecho un absoluto silencio, tan absoluto que ni siquiera se escuchaba el ruido de la fiesta. Por su cabeza rondaban mil ideas ¿Cómo podía haber entrado alguien si él cerró con llave y comprobó que se encontraba solo?

Los golpes volvieron, y como queriendo convencerse a sí mismo de que alguien se había encerrado para hacerle una mala jugada, lanzó un grito entre enfadado y atemorizado.

“¡¿Quién es?! ¡No jodan!”.

Armándose de valor, miró por debajo de la puerta y sintió que se le paraba el corazón al ver que no había nadie al otro lado de la puerta.

            Impulsado ya no por el valor sino por el terror que nos hace correr para sobrevivir, abrió violentamente la puerta del baño y,  justo en el momento en que pretendía salir, se giró tras oír una voz de mujer detrás de él. Al hacerlo pudo ver una mujer totalmente cubierta de sangre que con los brazos extendidos intentaba alcanzarle mientras arrastraba una de sus piernas parcialmente devorada. Totalmente bloqueado por el miedo Pedro perdió la orientación y en su carrera se golpeó la cabeza con el marco de la puerta quedando inconsciente.

Minutos más tarde despertó mientras varias personas le rodeaban tratando de reanimarle. Su amigo al escuchar un fuerte golpe en el baño decidió acercarse a ver que había sucedido y le encontró en el suelo inconsciente.

Todos tomaron su historia como la de un borracho que no recordaba lo que había sucedido. Pero en su pierna había una marca inequívoca de que la leyenda era cierta. Un mordisco con la forma de una dentadura humana. Tal vez si su amigo no hubiera llegado a tiempo él mismo hubiese formado parte de la historia de la mujer asesinada en el baño.


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